¿Debemos preocuparnos por esta nueva iteración del coronavirus? ¿Qué han dicho los fabricantes de las vacunas? ¿Qué medidas se recomienda seguir?
¿Qué es la variante ómicron?
Esta nueva iteración del coronavirus, identificada por primera vez en Botsuana y Sudáfrica, ha despertado la preocupación de científicos y funcionarios de salud pública debido a un número inusualmente elevado de mutaciones que tienen el potencial de hacer que el virus sea más transmisible y menos susceptible a las vacunas existentes.
La Organización Mundial de la Salud la ha descrito como “variante preocupante” y el lunes advirtió que los riesgos globales que plantea son “muy elevados”, a pesar de lo que los funcionarios describieron como una vorágine de incertidumbres. Hasta ahora se han identificado casos en 20 países, entre ellos el Reino Unido, Italia, Bélgica y los Países Bajos. El miércoles funcionarios estadounidenses dieron a conocer que ya se había detectado ómicron en un pasajero que volvió de Sudáfrica a California.
¿Debemos preocuparnos?
El descubrimiento de ómicron ha provocado un pánico considerable, y varios países han prohibido los vuelos procedentes del sur de África; otros —como Israel, Japón y Marruecos— han dejado de admitir por completo el ingreso de viajeros extranjeros.
No obstante, los expertos en salud pública han pedido cautela, señalando que todavía no hay pruebas sólidas de que ómicron sea más peligrosa que variantes anteriores, como la delta, que superó con rapidez a sus predecesoras en Estados Unidos y otros países.
Aunque la variante delta resultó ser mucho más transmisible que las variantes anteriores, y hay algunos datos que sugieren que puede causar una enfermedad más grave en los no vacunados, hay pocas pruebas de que sea más letal o capaz de evadir la protección de las vacunas.
Todavía se desconoce mucho sobre la variante ómicron, incluyendo si es más transmisible y capaz de causar una enfermedad más grave. Hay algunas pruebas de que la variante puede reinfectar a las personas con mayor facilidad.
Hay indicios de que ómicron puede causar solo una enfermedad leve; sin embargo, esta observación se basa principalmente en los casos que se han presentado en Sudáfrica entre los jóvenes, quienes son, en general, menos propensos a enfermarse de manera grave con COVID-19.
Angelique Coetzee, quien preside la Asociación Médica de Sudáfrica, dijo que los hospitales del país no estaban saturados de pacientes contagiados con la nueva variante, y que la mayoría de los hospitalizados no contaban con un esquema de vacunación completo. Además, la mayoría de los pacientes que había atendido no perdían el sentido del gusto ni del olfato, y solo tenían una tos leve.
Los científicos esperan descubrir mucho más en las próximas semanas. Por el momento, afirman que no hay motivos para creer que la variante ómicron es inmune a las vacunas existentes, aunque es posible que estas ofrezcan menor protección en un grado que aún se desconoce.
Otra razón para mantener la calma es que los fabricantes de vacunas han expresado su confianza en que pueden modificar las fórmulas existentes para que las vacunas sean más eficaces contra las variantes nuevas.
Otro dato tranquilizador: las mutaciones específicas de ómicron facilitan su identificación con un hisopado nasal y una prueba de laboratorio.
¿Por qué los científicos están tan preocupados por la variante ómicron?
A medida que el coronavirus se reproduce en el cuerpo de las personas, surgen nuevas mutaciones de manera constante. La mayoría de ellas no le aportan ninguna ventaja nueva al virus, pero a veces las mutaciones pueden darle una ventaja al patógeno al permitirle propagarse con más facilidad entre sus huéspedes humanos o sortear la respuesta inmunitaria del organismo.
Los investigadores de Sudáfrica dieron la voz de alarma porque encontraron más de 30 mutaciones en la proteína de la espícula, un componente de la superficie de la variante que le permite unirse a las células humanas y entrar en el organismo. Algunas de las muestras de Botsuana tenían en común unas 50 mutaciones en todo el virus que no se habían encontrado con anterioridad en conjunto.
La proteína de la espícula es el principal objetivo de los anticuerpos que produce el sistema inmunitario para combatir una infección por COVID-19. El hecho de tener tantas mutaciones provoca el temor de que la espícula de la variante ómicron pueda evadir en cierto modo los anticuerpos producidos por un contagio previo o por la vacunación.
Esas mutaciones también plantean la posibilidad de que la variante reduzca la eficacia de los tratamientos con anticuerpos monoclonales, un temor que se confirmó en parte el martes con el anuncio de Regeneron.
Aun así, vale la pena recordar el destino de variantes anteriores que suscitaron preocupación: por ejemplo, la variante beta y mu evolucionaron con la capacidad de evadir las defensas inmunitarias del organismo de manera parcial, pero nunca se convirtieron en una amenaza grave para el mundo porque demostraron ser endebles en cuanto a la transmisión.
¿Y qué hay de las vacunas?
Se espera que las vacunas proporcionen cierta protección contra la variante ómicron porque no solo estimulan los anticuerpos, sino también otras células inmunitarias que atacan a las células infectadas por el virus. Las mutaciones de la proteína de la espícula no atenúan esa respuesta, que la mayoría de los expertos consideran decisiva para prevenir la enfermedad grave y la muerte.