Las criptoempresas están despidiendo personal y congelando los retiros de fondos para tratar de contener las pérdidas, lo que genera dudas sobre la salud del ecosistema


Desde hace dos años, en respuesta al aumento de los precios del bitcóin y otras monedas virtuales, proliferaron las empresas emergentes en el sector de las criptodivisas. Compañías especializadas en la comercialización de monedas digitales entre los inversionistas inundaron las ondas hertzianas con anuncios de televisión, operaciones de préstamo novedosas ofrecían tasas de interés por las nubes a quienes hicieran depósitos en criptomonedas y casas de cambio como Coinbase, que les permiten a los inversionistas intercambiar activos digitales, comenzaron a contratar personal de forma desaforada.

Una industria global valuada en cientos de miles de millones de dólares surgió prácticamente de la noche a la mañana, y ahora se desploma.

Tras varias semanas de caída libre en los precios de las criptomonedas, Coinbase declaró el 14 de junio que recortará el 18 por ciento de sus empleados, y otras empresas dedicadas a las criptodivisas como Gemini, BlockFi y Crypto.com ya han realizado despidos. Empresas emergentes de gran prestigio, como Terraform Labs, han implosionado, llevándose con ellas años de inversiones. El 12 de junio, un criptobanco experimental, Celsius, suspendió de manera abrupta los retiros.

Este retroceso en el ecosistema de las criptodivisas ilustra cuán frágil es la estructura creada en torno a estos activos riesgosos y sin regulación. El valor total del mercado de las criptomonedas ha caído aproximadamente un 65 por ciento desde el otoño, y los analistas predicen que las ventas continuarán. El precio de las acciones de las empresas del sector se ha ido a pique, los inversionistas al por menor claudican y los ejecutivos de la industria pronostican un bajón prolongado que podría poner en peligro a más empresas.

“La marea ya bajó en el sector de las criptodivisas, y ha revelado que muchas de estas compañías y plataformas tenían cimientos muy inestables e insostenibles”, comentó Lee Reiners, exfuncionario de la Reserva Federal y catedrático en la Escuela de Derecho de la Universidad Duke. “La música dejó de sonar”.

Las criptomonedas son monedas digitales que se intercambian a través de redes de computadoras dedicadas a verificar las transacciones, en vez de utilizar una institución centralizada, como un banco. Desde hace varios años, se les ha presentado como una opción para estar protegidos contra la inflación que generan los bancos centrales cuando inundan la economía con dinero. El bitcóin, la criptomoneda más valiosa, tiene integrado un límite a sus existencias.

El problema, ahora que se desploman las acciones, las tasas de interés van al alza y la inflación es elevada, es que los precios de las criptomonedas también se derrumban, lo que demuestra que ya están ligadas al mercado general. Por si esto fuera poco, a medida que las personas retiran sus inversiones de las criptodivisas, esa salida muestra los inestables cimientos de muchas de las empresas más populares de la industria.

Según CB Insights, una firma que rastrea el financiamiento privado, ahora hay más de 62 empresas emergentes de criptomonedas que valen 1000 millones de dólares o más. El año pasado, la industria recibió más de 25.000 millones de dólares en fondos de riesgo en aproximadamente 1700 acuerdos, según una investigación de The Block. OpenSea, el mercado más grande para las imágenes digitales únicas conocidas como tokens no fungibles, alcanzó una asombrosa valoración de 13.000 millones de dólares. Y los bancos de Wall Street como JPMorgan Chase, que antes evitaban los activos criptográficos, y las compañías Fortune 500 como PayPal lanzaron ofertas criptográficas.

Muchas de estas empresas pueden sobrevivir una caída en los precios de las criptomonedas. Por desgracia, es probable que los recortes continúen mientras ajustan sus estrategias después de varios años de crecimiento excesivo. Algunas de las más vulnerables quizá sean las empresas emergentes que lanzaron su propia criptomoneda, en vista del declive de los precios en todo el mundo.

Algunos expertos en la industria desde hace tiempo habían advertido que el acelerado crecimiento de los últimos dos años no seguiría para siempre, y hacían comparaciones con el bombo publicitario puntocom de finales de los años noventa. En esa época, decenas de empresas puntocom salieron a bolsa en un ambiente de total frenesí por la promesa inicial de internet, aunque muy pocas generaron ganancias. Cuando se evaporó esa confianza a principios de la década del 2000, muchas de esas empresas fracasaron y solo quedaron las más grandes como eBay, Amazon y Yahoo.

Esta vez, los inversionistas predicen que habrá más sobrevivientes. “Sin duda, algunas empresas que generaron un entusiasmo exagerado no cuentan con los elementos básicos”, comentó Mike Jones, colaborador de la empresa de capital de inversión Science Inc. “Pero también hay empresas muy sólidas cuyos precios están muy por debajo del nivel que deberían tener”.


Varias señales de alerta ya habían advertido que algunas empresas del criptomundo no eran sostenibles. En varias ocasiones, los escépticos señalaron que muchas de las firmas más populares ofrecían productos respaldados por maquinaciones financieras riesgosas.

El precio de la moneda estaba ligado, mediante un algoritmo, a una criptomoneda hermana llamada Luna. Cuando el precio de Luna se fue a pique en mayo, TerraUSD siguió sus pasos en una “espiral de la muerte” que desestabilizó al mercado en general y causó la ruina de algunos inversionistas.

Esta semana, el anuncio de Celsius sobre el congelamiento de sus retiros tuvo un efecto parecido. Celsius lanzó una agresiva campaña publicitaria para presentarles a los clientes sus servicios de préstamo similares a los bancarios, con la promesa de brindarles rendimientos de hasta el 18 por ciento si decidían depositar sus criptoactivos en la empresa.

Durante varios meses, sus críticos se preguntaron cómo era posible que Celsius siguiera ofreciendo rendimientos tan altos sin realizar inversiones riesgosas que pusieran en peligro los fondos de sus depositantes. Varios reguladores estatales examinaron las operaciones de la empresa. A fin de cuentas, parece que una caída en el precio de las criptomonedas se encargó de ejercer sobre la compañía más presión de la que podía soportar.

El año pasado, la casa de cambio Crypto.com, con sede en Singapur, sacó al aire un comercial de televisión con Matt Damon, que ahora es tristemente célebre, en el que el actor proclama que la “fortuna favorece a los valientes” y alienta a los espectadores a invertir en el mercado de las criptomonedas. La semana pasada, el director ejecutivo de Crypto.com anunció el despido del cinco por ciento de los empleados, unas 260 personas. El 13 de junio, BlockFi, que ofrece servicios de préstamo en el sector de las criptodivisas, dio a conocer que reducirá su plantilla en aproximadamente un 20 por ciento.

Gemini y BlockFi se negaron a hacer comentarios. Un portavoz de Crypto.com indicó que la compañía sigue trabajando para “invertir recursos en capacidades de ingeniería y producto con el objetivo de desarrollar productos de primera calidad”.

Durante mucho tiempo, las criptomonedas han sido volátiles y propensas a ciclos de auge y caída. En 2013, una prohibición china del bitcóin hizo caer su precio. En 2017, una proliferación de empresas que creaban y vendían sus propios tokens provocó un aumento en los precios de las criptomonedas, que se desplomaron después de que los reguladores tomaran medidas enérgicas contra las llamadas ofertas iniciales de monedas.

Estas burbujas están integradas al ecosistema, dijeron los entusiastas de las criptomonedas. Atraen a personas talentosas a la industria, que continúan construyendo proyectos valiosos. Muchos de los entusiastas animan a los inversores para que inviertan más cuando los precios son bajos.

“Hemos estado en estas espirales descendentes antes y nos recuperamos”, dijo Jones, el inversionista de Science Inc. “Todos creemos en lo fundamental”.

Algunas de las empresas no han perdido su actitud insolente. Durante el juego número 5 de la final de la NBA el lunes por la noche, Coinbase transmitió un comercial que hacía alusión a ciclos de altibajos anteriores.

“El criptomundo ha muerto”, declara el anuncio. “Larga vida al criptomundo”.

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